A partir de hoy, una nueva legislación en Texas ha entrado en vigor, endureciendo las penas para aquellos declarados culpables de tráfico de inmigrantes. La medida, firmada por el gobernador Greg Abbott en diciembre pasado, implica un aumento significativo en la sentencia mínima, pasando de dos a diez años de prisión para los condenados por cargos estatales relacionados con este delito.
La iniciativa forma parte de un conjunto de leyes respaldadas por el gobernador Abbott para fortalecer la seguridad fronteriza y abordar las preocupaciones sobre el tráfico ilegal de personas y drogas. Abbott ha expresado que estas medidas son necesarias debido a lo que él describe como una “política de fronteras abiertas” por parte de la administración del presidente Joe Biden.
Sin embargo, críticos de la nueva ley argumentan que simplemente aumentar las penas no aborda las causas fundamentales del problema y que se necesitan enfoques más integrales para resolver la compleja situación en la frontera.
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