“Hackers buenos” revisan seguridad cibernética de empresas, jóvenes hackers participan para detectar fallas y vulnerabilidades en aplicaciones y en las paginas web de empresas.
Todo surge a raíz del programa de “bug bounty” (recompensa por errores), la fase de desarrollo en la que una compañía contrata a hackers para que encuentren debilidades en sus sistemas, del creador de la aplicación.
Donde pueden descubrir alguna vulnerabilidad terrible de seguridad en la aplicación y cobrar una jugosa suma de cinco cifras como recompensa por esta actividad.
Este trabajo de los llamados hackers éticos es el que ayuda a proteger a las empresas —desde los gigantes de la tecnología, como Google, Microsoft y Facebook, hasta las startups— contra los actores digitales perversos.
Esta actividad resultó ser cada vez más lucrativo para quienes se dedican a esta tarea virtual las recompensas suelen oscilar entre los miles y los cientos de miles de dólares.
El hackeo ético, que existe desde la década de 1970, está evolucionando. Anteriormente se enfocaba en un “objetivo único”. Por ejemplo, podría ser una prueba de penetración —un ataque cibernético simulado a un sistema informático para exponer las fallas— o la búsqueda de vulnerabilidades en los productos.
Pero ahora también se pasó de hacer pruebas a la red de tu empresa a la red interna en busca de vulnerabilidades, pruebas de phishing y de correo electrónico. Se ha ido a pruebas en la nube. Se ha convertido en un negocio plenamente desarrollado.
Esta evolución se produce mientras los delitos cibernéticos siguieron creciendo rápidamente durante el cambio al trabajo a distancia.
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