A una semana de que se cumpla el plazo para la presentación de candidaturas, cada vez es más evidente que habrá una reestructuración en la composición de la Legislatura de Texas.
Catorce republicanos anunciaron su salida de la cámara baja, muchos de ellos para ocupar cargos superiores o formar parte de juntas asesoras nacionales. Sin embargo, después de 40 años, el representante estatal John Smithee, republicano por Amarillo, se jubilará junto con los representantes estatales Stan Lambert, republicano por Abilene, y Sam Harless, republicano por Spring.
“Esa última sesión legislativa, aunque controlada por los republicanos, tuvo muchas luchas internas, y en muchos temas que ganó el ala más conservadora, se equivocaron en cuanto a la postura del Partido Republicano. Así que, mirando hacia el futuro, dijeron: «Probablemente no quiero tener que pasar por otros dos años así», dijo Brian Smith, profesor de ciencias políticas de la Universidad de St. Edward.
El senador estatal republicano de mayor antigüedad, Robert Nichols, republicano por Jacksonville, conocido por su capacidad para romper con el férreo control del vicegobernador Dan Patrick sobre la cámara, anunció su retiro. El representante estatal Trent Ashby, republicano por Lufkin, dejará la Cámara de Representantes de Texas en su candidatura al escaño vacante.
“Cuando los republicanos moderados o incluso conservadores se retiren, serán reemplazados por personas muy conservadoras. Esto podría inclinar aún más a la derecha al Partido Republicano en la Legislatura”, dijo Smith.
El veterano representante estatal Gary VanDeaver, republicano de New Boston, anunció su retiro el lunes y escribió que ha intentado “garantizar que la Texas rural esté posicionada para el futuro más brillante posible”.
VanDeaver y el expresidente de la Cámara de Representantes de Texas, Dade Phelan, fueron los republicanos de la Cámara que se opusieron a los vales para escuelas privadas, incluso después de su aprobación durante la sesión legislativa de este año. Phelan tampoco busca la reelección, en parte porque no está de acuerdo con la agenda del presidente.
“Nunca he sido un republicano MAGA. No soy partidario de Donald Trump”, dijo Phelan. “De nuevo, esa es la razón por la que decidí no volver a ser presidente de la Cámara. No pude impulsar su agenda en la Cámara de Representantes de Texas”.
De los siete demócratas que abandonan la cámara baja, cuatro se postulan para un cargo estatal que no ha sido ocupado por ningún miembro de su partido en 30 años. El representante estatal Jon Rosenthal, demócrata por Houston, compite por la Comisión de Ferrocarriles de Texas, que regula la industria del petróleo y el gas del estado. La representante texana Vikki Goodwin, demócrata por Austin, se postula para vicegobernadora.
Entre los miembros destacados del grupo parlamentario se encuentran la representante estatal Gina Hinojosa, demócrata de Austin, que se postula para gobernadora, y el representante estatal James Talarico, demócrata de Austin, que está haciendo campaña para el Senado de los Estados Unidos.
“En el peor de los casos para los demócratas, todas estas personas abandonarían el grupo parlamentario demócrata, no serían elegidas y serían reemplazadas por republicanos o demócratas que no son muy experimentados en el arte de la política”, dijo Smith.
Será difícil reemplazar la influencia de la representante texana Alma Allen, demócrata por Houston, quien ha ejercido 11 mandatos y anunció su retiro al final del último periodo ordinario de sesiones. Allen ha respaldado a su hijo, el exmiembro de la Junta de Educación Estatal de Texas, Lawrence Allen, para reemplazarla. También planea apoyar a futuros talentos legislativos.
“Voy a ayudar a otros jóvenes a postularse a un cargo público de forma gratuita, sin honorarios por consultoría, sin consejos, sin nada. Simplemente seré gratuita porque a veces es difícil recaudar fondos y la gente no puede hacerlo. Y sobre todo, aceptar un trabajo que no paga nada”, dijo Alma Allen durante su discurso de jubilación.
En la última década, la rotación legislativa de un año a otro osciló entre el 20% y un máximo del 46% en 2018, cuando Trump fue elegido para su primer mandato, según el Texas Politics Project.
Es más difícil para los legisladores novatos ejercer influencia dentro de sus cámaras. Y con todos los escaños de la Cámara en juego para la reelección, la derrota de un legislador en ejercicio influirá aún más en la forma en que el organismo legisla en 2027.
You must be logged in to post a comment Login